Foto: Jacinto Oliveros
Miles de fieles veneraron a Nuestra Señora del Socorro en el Fórum de Valencia, donde se realizó la tradicional misa solemne, presidida por el cardenal Baltazar Porras, arzobispo de Mérida y Administrador Apostólico de la Diócesis de Caracas, con cuya celebración culminan los actos con motivo del centenario de la Diócesis de Valencia.
A las 10 de la mañana llegó la venerada imagen, en su vehículo, conocido como el Socorro Móvil, trasladada desde la Catedral de Valencia, para luego entrar al recinto, cargada en hombros de un grupo de sacerdotes.
La venerada imagen que está cumpliendo 112 años de su coronación canónica, siendo la primera imagen mariana en ser coronada canónicamente en Venezuela, fue recibida con sonoros aplausos por sus devotos que llenaron por completo las gradas del Fórum, y luego de un paseo por parte del coso, fue llevada hasta el altar y colocada a lo alto sobre andas, adornada con hermosos arreglos de orquídeas donadas por la Sociedad de Orquideología del estado Carabobo.
A la celebración asistieron la Cofradía Nuestra Señora del Socorro, presidida por Marina Giménez de Bencomo, acompañada de cofrades de la hermandad, así como numerosos invitados de los distintos sectores representativos del estado Carabobo.
Entre los presentes estuvieron el alcalde de Valencia, Julio Fuenmayor; el de San Diego, León Jurado Laurentín; el exalcalde y excandidato a la Gobernación de Carabobo, Vicencio “Enzo” Scarano, el diputado y médico de la Asamblea Nacional, Rubén Limas; la exconcejal Gladys Valentíner, presidenta de la Comisión de Cultura del Hotel Hesperia Valencia, concejales de varios municipios, dirigentes políticos, empresarios, entre otros. Sin embargo, no asistió el gobernador del estado Carabobo, Rafael Lacava, ni se vieron secretarios de su gabinete.
El cardenal presidió la eucaristía en representación del arzobispo de Valencia, monseñor Reinaldo del Prette Lissot, concelebrada por varios obispos entre ellos monseñor Tulio Ramírez Padilla, obispo de la Diócesis de Guarenas; monseñor Ramón Linares, obispo de la Diócesis de Puerto Cabello; monseñor Diego Padrón, Arzobispo Emérito de Cumaná; Nelson Martínez, obispo de San Felipe, y todos los sacerdotes del Clero Arquidiócesano.
La Virgen del Socorro estrenó un hermoso traje en terciopelo elaborado por el diseñador Antonio De´ Nóbrega, que lleva los siete escudos bordados en dorado de los obispos que han pastoreado a los carabobeños desde la erección de la Diócesis de Valencia.
La celebración tuvo una parte musical con una puesta de aproximadamente 80 músicos en conjunto con la Banda Sinfónica 24 de Junio y el Ensamble D´ A Ratico, en la que se interpretó parte de la pieza “Iglesia Misionera”, dirigida por la profesora Ana Virginia Oviedo.
El cardenal pidió excusas por el retraso que tuvo debido a los derrumbes en la Autopista Regional del Centro, donde dijo estuvo por casi tres cuartos de hora.
Al inicio de la eucaristía también hubo fuertes aplausos para el arzobispo de Valencia, monseñor Reinaldo Del Prette Lissot, a quien el cardenal le envió un saludo y un abrazo, y de quien refirió “estará siguiendo la celebración”.
Entre las peticiones que se elevaron se pidió a la Virgen del Socorro su intercesión delante del Señor con la ayuda del Siervo monseñor Salvador Montes de Oca por la salud de nuestro arzobispo.
El cardenal Baltazar Porras, en su homilía, recordó la solemnidad del abrazo en familia, que según refirió significa pedir por el auténtico templo de amor y de alegría de la vida humana y espiritual. “Que el hogar sea esa escuela desde donde aprendemos”.
Además, recordó que en este día por decisión del Papa se celebra la sexta jornada de los pobres. “El Papa nos recuerda que hay una pobreza que mata y una pobreza que enriquece”, recalcó.
“La pobreza que mata es aquella que genera guerra, injusticia, miseria, desigualdad, y que lo que hace es crear más problemas”. Citó que la pobreza que enriquece es cuando tenemos una actitud no solo de misericordia, sino cuando reconocemos que desde la debilidad y fragilidad, podemos construir un país mejor.
Hizo referencia a los dos obispos que están ya en camino a la Santidad como son monseñor Salvador Montes de Oca y el cardenal José Alí Lebrún, hijo de Puerto Cabello.
“Esta Iglesia es una de las principales y más fecundas de nuestra Iglesia venezolana, pero tenemos la obligación de multiplicar lo que nos han dejado”, recalcó.
“Hoy a los pies de María Santísima le pedimos también que nos socorra, nos acompañe y nos cubra con su manto. Que nos dé su bendición”, precisó.
Al concluir la solemne misa, a las 12 del mediodía, la venerada imagen salió en procesión multitudinaria por la avenida Galicia para recorrer varias calles hasta llegar nuevamente a la Catedral de Valencia.