(Por: Rafael Blanco)
Una importante restauración está realizando la Alcaldía en la plaza Miguel Peña de Valencia, y no menor es la recuperación que hacen del tradicional Templo de La Candelaria, ubicado al frente de dicha Plaza, también recuperaron el módulo policial de esa comunidad que había sido invadido por malvivientes de todos allí conocidos.
Ojalá y se atrevieran a recuperar vía Procuraduría del estado nuestra memoria histórica en la zona, devolviéndole a los valencianos la invadida casa del prócer civil Miguel Peña, hermosa casona de amplio patio y jardines para convertirla en otro museo de nuestra ciudad.
Al parecer también han atendido algunos pozos de agua en el barrio El Socorro, algunas carantoñas en Santa Inés, la iluminación y limpieza de la Uslar en San Blas, un programa de contacto radial con la comunidad los domingos y las celebraciones navideñas pasadas, sólo para mencionar algunas iniciativas del nuevo alcalde Fuenmayor quien conoce de sobra la problemática ambiental de Valencia, por venir de ejercer la Dirección General de la Alcaldía en la gestión anterior.
Debemos celebrar además el interés manifiesto en mantener presentable la parroquia San José, aunque ello venga acompañado del sesgo publicitario gubernamental.
Todas esas actividades nos llenan de expectativas positivas por el mejoramiento estético de la ciudad, aunque estamos obligados a apuntar que los graves problemas de Valencia son más estructurales, que cosméticos.
Y como las necesidades son muchas y la capacidad de resolución es poca, entendemos y acompañamos los reclamos de muchos valencianos que temen quedarse guindados en estos operativos, bien sea porque no estén en zonas vitrina o por agotamiento de recursos, como por ejemplo, algunos vecinos de la Fundación Mendoza que van para dos años reclamando les resuelvan el gravísimo problema del desbordamiento de cloacas y de aguas negras, o la de los vecinos de La Mariposa, que llevan dos años sin agua por falta de mantenimiento a la bomba, que ya ni se ve de lo enmontada que está, afectación que llega incluso a los habitantes de las Parcelas del Socorro, por solo mencionar dos reclamos antiguos.
Volviendo a lo positivo para la ciudad, debemos celebrar el encuentro de la gente de Valencia Propone, AC Casa del Nuevo Pueblo, Grupo Social CESAP, y otros 13 movimientos ciudadanos en la sede de los Ingenieros en la Avenida Los Colegios de Guaparo para realizar la tercera Reunión de Red Ciudadana Carabobo, donde intercambiaron sugerencias, ideas, planes y proyectos para la reconstrucción de la ciudad.
Es de resaltar que allí estuvo congregada gente de probada experiencia y conocimiento de Valencia y al parecer propusieron la constitución de comisiones de trabajo por áreas de conocimiento para aportar las mejores ideas y soluciones posibles a los problemas actuales y proyectar la Valencia que soñamos.
Años atrás, prominentes valencianos al igual que ellos, se acordaron sobre la Valencia que deseaban e impulsaron el crecimiento industrial, cultural y social de la ciudad, para ello forjaron asociaciones civiles que aún perduran, como por ejemplo la Sociedad Amigos de Valencia, con directiva recientemente remozada, pero lamentablemente desplazada de su sede tradicional, La Casa de Páez, quizás el alcalde Fuenmayor en esta buena onda ciudadana que se le nota, subsane dicha situación.
Pues bien, esas experiencias pasadas nos permiten soñar que esos vecinos que hoy se reúnen en el CEIDEC, sean capaces de impulsar y motivar la Valencia que todos deseamos para nuestras generaciones futuras y que nuestro novel alcalde, a pesar de su juventud, sea capaz de leer estas señales y ponerse al frente de iniciativas como éstas que a la larga no sólo beneficiaran su gestión, sino a todos quienes aquí vivimos.
Por: Rafael Blanco
