Tres venezolanos se encuentras tras las rejas, en una cárcel del condado Ada, en Estados Unidos, acusados de intentar configurar cuentas falsas en dos bancos diferentes del área de Eagle.
Los detenidos fueron identificados como Heli G. Tronconis-Atencio, de 22 años; Cesar A. Cano-Muskus, de 24 años; y Dioban J. Pineda-Urdaneta, de 19 años, a quienes se les acusa por el delito grave de conspiración criminal, tenían en sus poder tarjetas crédito robadas, giros postales falsos, cheques en blanco, entre otras pruebas de fraude bancario encontrados en un vehículo de uno
Los detenidos tendrán que pagar una fianza de 50.000 dólares. También se supo que J Pineda Urdaneta tiene una orden de arresto en Florida.
Los oficiales del grupo antifraude iniciaron una investigación el pasado martes, después de recibir una llamada de un banco en Riverside Drive.
Se informó que dos hombres con pasaportes venezolanos trataban de abrir nuevas cuentas, mientras otro intentaba retirar 10 mil dólares de una cuenta diferente.
Al banco se le había advertido que llamara a la policía si eso ocurría, como parte de una investigación de fraude. Entonces, los funcionarios del banco negaron el retiro.
Los hombres ya se habían ido cuando llegó la policía, pero los funcionarios del banco describieron su auto como un Kia Forte azul. Con esta pista, los oficiales se desplegaron por la ciudad y encontraron el vehículo momentos después.
Troconis, Cano y Pineda se detuvieron en otro banco en Eagle Road, donde Tronconis-Atencio y Cano-Muskus, intentaron abrir nuevas cuentas con sus pasaportes.
Los oficiales también determinaron que la etiqueta de licencia temporal en el automóvil, de un estado diferente, era de un Hyundai, no de un Kia.
Una vez que la policía llegó al banco, el conductor del Kia, Pineda-Urdaneta, intentó irse con los otros dos hombres, pero los oficiales lo bloquearon.
Los detectives obtuvieron una orden de registro para el Kia y encontraron tarjetas de crédito, giros postales, recibos bancarios, cheques en blanco y tres pistolas cargadas robadas.
Fuente. La prensa de monagas