Este miércoles 23 de junio un grupo de trabajadores de la Corporación Inlaca protestó a las puertas de la Inspectoría César Pipo Arteaga de Valencia.
Sus exigencias fueron la incorporación inmediata a sus puestos.
El personal, que fue enviado a sus casas hace 212 días, debía regresar a sus labores el pasado 21 de junio, pero el patrono impidió el ingreso a la planta.
Los trabajadores reciben de la empresa solo 93 mil bolívares, cantidad que no les alcanza para nada.
Raymer Paz, vocero del grupo, indicó que el patrono les paga este monto porque ellos están en un supuesto régimen especial, escusa que le ha servido para dejar de honrar una serie de beneficios.
El trabajador denunció que también les suspendieron los préstamos a las cajas de ahorro. “Hay personas que necesitan ese dinero para por lo menos llevar un mejor sustento a sus hogares”.
Paz dijo que les informaron que no los incorporarán porque en estos momentos no son necesarios para la producción, pero en la lista de suspendidos hay algunos que laboran en el área de manufactura, almacén, cestas, montar cargas, mecánicos y electricistas.
El vocero indicó que el 21 de junio recibieron en sus cuentas, por primera vez en el tiempo que tienen suspendidos, el salario mínimo y cesta ticket aprobada por el Ejecutivo (10 millones de bolívares).
«Lo que queremos es regresar a nuestros puestos y tener un buen ingreso para sostener a nuestras familias».
Igualmente, solicitó al ministro de trabajo, José Ramón Rivero y a los representantes del Ejecutivo intervenir para que regresen a la empresa.
“Somos 94 personas que estamos desprotegidos”.
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