(Por: Nelson Acosta Espinoza)
“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”, frase de la popular canción “Pedro Navaja” del gran compositor, cantante, actor, político, abogado, activista y exministro de Turismo el panameño Rubén Blades, fundador del movimiento Papá Egoró (Madre Tierra) y candidato a la Presidencia de la República de Panamá en el año 1994. La “sorpresa”, por así decirlo, es la coincidencia del socialismo del siglo XXI con las políticas económicas formuladas en la administración del presidente Carlos Andrés Pérez II.
Estamos viendo cómo la predica de Maduro (Socialismo del Siglo XXI) coincide en lo fundamental con el Gran Viraje propuesto en su momento por el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez.
Me atrevería a señalar que el programa más radical es el que está siendo implementado por la administración socialista. En un cierto sentido estamos en presencia de una suerte de “Socialismo Neoliberal del Siglo XXI”.
¿Por qué me aventuró a formular esta aseveración? Tratemos de caracterizarla: Maduro está aplicando el plan de ajuste más neoliberal que se le pudiera ocurrir al FMI: liberó completamente la economía, desmontó el control de cambio y de precios, canceló los aranceles a las importaciones, eliminó el subsidio a la gasolina y el diésel, entre otras medidas.
Por su parte el Gran Viraje diseñado por la administración de CAP II consistió en: liberar la economía, aplicar las medidas apoyadas por Fondo Monetario Internacional, liberar las tasas de interés, liberación de precios, aumento de las tarifas de transporte y de servicios públicos, unificación cambiaria, y eliminación de la tasa de cambio preferencial, entre otras.
Resumiendo, estamos en presencia de dos políticas económicas coincidentes a pesar de responder a matrices discursivas opuestas.
Hay un hecho de naturaleza social y económica que es necesario subrayar. La mayoría de los analistas coinciden en responsabilizar a esta política de naturaleza neoliberal por el llamado Caracazo. En la génesis de estos sucesos ejercieron influencia la política descrita en el párrafo anterior, especialmente el aumento de las tarifas del transporte público.
Aquí vale la pena enfatizar un hecho de naturaleza socio antropológica. La pasividad que exhibe la población a pesar de confrontar una realidad parecida a la que prevalecía en aquel convulsionado año. Son varios los factores que cuentan para ensayar una repuesta. Quizás la más relevante sea cierto grado de indiferencia y alejamiento de la población en relación a la actividad política. Desde luego no debe escapar a nuestra atención las políticas clientelares diseñadas y aplicadas desde las esferas del poder.Igualmente, me parece importante resaltar un desface de las agrupaciones partidistas con las urgencias que se desprenden de la coyuntura. No han diseñado el relato que cuente apropiadamente la singularidad social y cultural que caracteriza este momento histórico.
No hay duda que es urgente la formulación de una propuesta que tenga la eficiencia de poder interpelar a la población y construir el sujeto alternativo de un nuevo ordenamiento social, cultural y político.
“La vida te puede dar sorpresas, sorpresas te puede dar la vida”.