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Situación económica de universidades pone en riesgo futuro de Venezuela

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El futuro de Venezuela se encuentra en grave riesgo, ante la inminencia de una diáspora intelectual interna como consecuencia de la caricatura de sueldos que devengan los universitarios y su imperiosa necesidad de dedicarse a otras actividades lucrativas, dejando a los estudiantes con una promesa vacía de futuro para su formación profesional.
Así lo expresó el vicerrector administrativo de la Universidad de Carabobo, José Ángel Ferreira, quien, al hacer un llamado al Ejecutivo Nacional para que ponga fin a esta dolorosa situación, denunció que el salario de un profesor titular a dedicación exclusiva no llega a tres dólares, a la tasa de cambio oficial actual.
Para la autoridad ucista, el infame salario universitario ya no tiene ningún tipo de comparación con la canasta básica. Es un hecho notorio que se está destruyendo el sistema de bienestar de todos los trabajadores de este sector, particularmente el de los profesores, pasando a ser de los más bajos del continente incluyendo Haití, pese a las distintas peticiones de consejos universitarios y gremios del país, proponiendo alternativas ante esta dramática situación.
José Ángel Ferreira advirtió que, “es público y notorio que una gran cantidad de universitarios se están preparando para trabajar en otros espacios, disminuyendo su dedicación en el caso de los profesores y laborando en otros ámbitos, en el caso de los empleados, no les queda otra opción, dada la situación dramática que viven al enfrentar la imperiosa necesidad de llevar comida a su familia”.
Por otra parte, el impacto del actual nivel de sueldos afecta profundamente los programas de previsión social. Explicó el vicerrector administrativo que tomando como ejemplo el total de los aportes anuales que dan los profesores universitarios a su caja de ahorro, éstos no llegan a $15.000 anuales, equivalentes a $8 por profesor; y en el caso del fondo de pensiones de los docentes, donde únicamente aporta el personal activo, no llega a $4.500 al año, es decir $2 promedio por profesor, cuando la realidad de los requerimientos financieros de salud es de $250.000 al año.

“Por eso, estas instituciones no están en su mejor situación al depender del mínimo aporte de sus asociados”.
Pese a lo anterior, ambas instituciones han hecho un esfuerzo extraordinario en apoyar sistemas de protección de salud en condiciones que supera con creces a cualquiera a las que existen en el sector universitario del país y con costos por
debajo de las que ofrece el mercado, soportando procesos que son responsabilidad exclusiva del Ejecutivo nacional en función de lo que está escrito en las convenciones colectivas como son los programas de hospitalización, cirugía, atención primaria en salud y medicinas para enfermedades crónicas. Lamentablemente, esto podría no ser sostenible en el tiempo, de persistir esta dramática situación».
“Llegó el momento de sentarnos todos en una convocatoria nacional para dar solución a este grave problema, porque está en juego la destrucción del capital de las próximas generaciones que difícilmente pueda reconstruirse. No se trata solamente de una diáspora internacional, sino de migración en la institución de personas que no ven en la universidad la posibilidad de obtener los recursos
mínimos para sostener y proteger a su familia. Esto es una situación tan difícil que amenaza con destruir el futuro de Venezuela, al dejar a los jóvenes sin opciones para proseguir sus estudios superiores”.

Con nota de prensa

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