Yonnatan Figueroa, de 45 años de edad, acusado por el asesinato de la doctora Nardy Mora en Carabobo, fue sentenciado por el juez del Tribunal de Control Contra la Violencia a la Mujer, Antonio García, a 29 años de cárcel.
Cabe recordar, que través de su cuenta en Twitter, el Fiscal Tarek William Saab, había indicado que a Figueroa se le imputó el pasado 29 de agosto el delito de femicidio agravado contra Mora, que había sido reportada como desaparecida desde el 24 de agosto. Luego de haber laborado en su consultorio en la Unidad Educativa Rafael Guerra Méndez, sus familiares empezaron la búsqueda el día jueves, al ver que no llegó a su vivienda ni a sus sitios de trabajo y formularon la denuncia.
El viernes 26 fue encontrado el cadáver de la galeno descuartizado en las afueras de un CDI. En un video se observa que la doctora fue sometida por un sujeto en la entrada del colegio.
Figueroa confesó que abusó sexualmente y posteriormente descuartizó a Nardy Mora y que el resto del cuerpo yacía en el río Cabriales.
El femicida tenía antecedentes penales por el delito de posesión ilícita de drogas y violencia sexual contra una menor de edad.
La sentencia se emitió en horas de la tarde del miércoles primero de marzo y los familiares de la doctora Nardy Mora, señalaron que se hizo justicia, pero que el tiempo que Figueroa dure privado de libertad no les regresará a su familiar.
Detalles del asesinato
Douglas Rico, director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), reveló los detalles de este dantesco homicidio. Tras las investigaciones lograron determinar que Figueroa, tenía días acosando a la doctora Nardy Mora.
El día 24 de agosto, Mora se desplazaba por el sector Santa Rosa, donde fue abordada por este hombre que trabajaba como vigilante. El agresor la agarró a la fuerza y la llevó hasta un cuarto donde la golpeó con una mandarria en la frente, dejándola inconsciente.
Posteriormente, utilizó un machete con el que le cortó sus extremidades, hasta desmembrarla. Luego lanzó algunas partes a un cochino que se encontraba en el lugar, para que este se las comiera y arrojó otras partes a un río. Finalmente, incineró dentro de un pipote, otros restos que quedaban, para no dejar rastros.
Foto tomada de Venezuela News
