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Salvemos a nuestros ancestros

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Columna: Mejor Vivir

(Por: Arnaldo Rojas)

.-El reciente caso de genocidio en Brasil contra la etnia Yanomami, donde entre otros terribles episodios perdieron la vida 570 niños como consecuencia de la contaminación de rios y bosques por parte de la minería ilegal permitida por el ex presidente Bolsonaro, implica no solo un crimen de lesa humanidad comparable al del fascismo nazi sino que debe ser motivo de reflexión sobre la defensa de nuestros pobladores originarios portadores de nuestra identidad cultural ancestral. 

Debemos recordar que la etnia Yanomami no solo habita en el norte de Brasil sino que constituye una población indigena fundamental del sur de Venezuela. De manera que dicho genocidio nos toca muy de cerca. Lo que no se conoce no se ama ni se defiende, así que es importante conocer y reconocer lo que significa la etnia Yanomami para nosotros ya que son nuestros abuelos ancestrales. 

Un primer dato importante: El censo de 2011 indica que 400.000 de los 25 millones de venezolanos son aborígenes. Los yanomami o “hijos de la luna”, es un pueblo de más de 25.000 años de existencia, por lo que es testimonio viviente del neolítico. Los yanomami suman actualmente unas 15.000 personas en Venezuela y 12.000 en territorio brasileño, forman parte de los 34 pueblos indígenas que habitan principalmente las fronteras venezolanas con Colombia, Brasil y Guyana.  

Pero así como hay los genocidas, afortunadamente existen investigadores que se convierten en ángeles guardianes del legado de nuestros pueblos originarios. Tal es el caso de la antropóloga y lingüista francesa Marie-Claude Mattéi, quien publicó el libro «Compendio ilustrado de lengua y cultura yanomami», el cual, como ella lo indica en el prólogo, “de mero diccionario pasó a ser un manual enciclopédico para su uso en las escuelas yanomami y por los estudiosos de su lengua y cultura”.

Mattéi elaboró su Compendio en cinco partes, la primera de las cuales es una historia y descripción del pueblo yanomami, seguida de una guía para la comprensión y manejo del diccionario. ‘No he utilizado sólo la información que yo misma recogí, sino también la que aportan numerosas obras sobre los yanomami”, advierte. 

Uno de los temas más interesantes es el del lenguaje de este pueblo. “Comencé con una tabla de referencias y conjugaciones, para describir el sistema verbal de esa lengua. Lo que agregué fue una descripción del uso de cada palabra en el ambiente donde vive esa comunidad”, refiere la investigadora, quien destaca que la lengua yanomami y la sanima son de las más robustas entre las indígenas de Venezuela. “Los yanomami emplean varias clases de futuro y varias de pasado, y el verbo soporta direccionales con el uso de sufijos que entregan todas esas precisiones», explica.   

El libro contiene 10.000 entradas sobre diversos aspectos de la cultura yanomami, seguido de un glosario de fauna y flora, que a su vez es un compendio, y un minidiccionario bilingüe castellano-yanomami orientado a mostrar las cosas más difíciles. Por ejemplo, ‘Atar’ o ‘abrir’ se puede decir de muchas maneras en esta lengua.

Como se puede apreciar, y esta es solo una muy breve aproximación, es inmensa la riqueza cultural de la etnia yanomami pero sin un esfuerzo de reconstrucción y de apoyo a este y otros pueblos indígenas esas literaturas que han sobrevivido más de 500 años (desde la llegada de los españoles y portugueses a América) irán desapareciendo lentamente, no podrán más, lo cual vendria a ser otra especie de genocidio silencioso si no salvamos este legado de nuestros ancestros originarios.

Ilustración: Thiago Lucas, Brasil.

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