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Rafael Chávez: Abandoné el trabajo en el campo porque todo ha cambiado

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«A mi edad quiero volar, seguir viviendo, seguir produciendo, servir a mi Patria», afirma sin titubeos el señor Rafael Rubén Chávez, experto en electricidad y refrigeración, quien prestó sus servicios a la empresa privada por 32 años, y se confiesa orgulloso por haber labrado el campo,  «Amo el campo, gran parte de mi vida se lo he dedicado a labrar la tierra,  pero las cosas han cambiado y tuve que dejarlo por fuerza mayor».

Charlamos con el señor Rubén, encargado del mantenimiento externo y de las áreas verdes de la sede de Familia (Centro por la Paz y la Vida) en una improvisada entrevista, mientras daba orientaciones a trabajadoras de la Dirección de Atención para la Familia, a cargo de Juan José Moreno, institución dependiente de la Secretaría de Desarrollo Social de la Gobernación, dirigida por Vanessa Machado, sobre la siembra de Topocho.

En el mes de diciembre pasado, Moreno obsequió a cada trabajador una mata  para su cuido. Fiel a su palabra la cumplió al iniciarse el nuevo año y se está a la espera del acto simbólico de la entrega.

En la amena plática, el señor Rubén refiere: «Trabajé con la siembra, he criado ganado, cochino, gallinas, pollos. Tuve una parcela  en el sector El Vigía, vía carretera vieja de Tocuyito. Allí sembré guayaba, frijoles, yuca y otros rubros».

Agrega: «En el parcelamiento agropecuario «Las Majaguas», en Acarigua, Edo. Portuguesa tuve ganado, cochino e inclusive crié chiguire». Se queda pensativo por un breve instante y manifiesta con nostalgia: «Hoy, no tengo esa posibilidad.

 Qué bueno sería tener  una parcela otra vez. Hace uno o dos años me vine a la ciudad porque la situación se puso muy difícil y tuve que abandonar el campo. Me gustaría volver para producir para mi Patria, pero eso sólo es posible con la ayuda gubernamental».

Nuestro entrevistado nació en Bejuma, hijo de Rafael Rubén Lara, agricultor, y de Isabel Chávez, quien se dedicó a la agricultura y al comercio. De su unión con la Sra. Carmen Lucía, tuvo  cuatro hijos, tres hembras (una fallecida), y un varón.

Para concluir, Chávez  comenta: «Con la colaboración del Estado, si me consiguen cinco hectáreas para la siembra, yo les prometo que les cumplo. Hay gente que puede dar fe de que todo lo que digo es cierto».

Me despido de este noble y educado bejumero, expresándole  mi admiración y respeto por su inmensas ganas de trabajar, a pesar de su edad, ejemplo para las nuevas generaciones que se levantan.

(Con nota de prensa MA)

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