Fanny Gutiérrez.- El estadio Comerica Park despidió a lo grande y con las notas del Himno Nacional de Venezuela, al bigleager Miguel Cabrera, quien se ganó el corazón de la fanaticada de Tigres de Detroit, así como de muchos venezolanos que tuvieron el honor de comprar un boleto para ser partícipes del retiro del muchacho de Aragua.
Un baño con agua helada fue la despedida de sus compañeros en el cuadrangular. Miggy como le llaman sus amigos, llegó a tierra norteamericana cuando apenas era un joven de 20 años, firmado en el año 1999 como agente libre aficionado por los Marlins de la Florida.
Hizo su debut en Grandes Ligas a mediados de 2003 y contribuyó al éxito de la Serie Mundial de Béisbol de los Marlins ese mismo año.

A la edad de 16 años Cabrera jugada con los Tigres de Aragua en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, convirtiéndose en un prodigio en su tierra, para posteriormente saltar a las mayores.
El slugger ocupó durante su carrera profesional como tercera base, designado y primera base, nada le era imposible, entrenaba con dedicación para están las mejores condiciones.
En su última temporada, cerró con un promedio de .257 con cuatro cuadrangulares y 34 carreras impulsadas en un total de 98 juegos disputados con el uniforme de los Tigres de Detroit, y este domingo jugó contra los Guardianes de Clivelan, bateando de 3-0 y en su último turno recibió base con bola. Además fue colocado en primera base y realizó el último out del juego.

El Aragueño culminó las Mayores con .306 de promedio en su carrera, además de 3.174 imparables, 511 jonrones, 1.881 carreras impulsadas, una triple corona en el 2012 y una serie Mundial, que le dan probabilidades de ingresar al Salón de la Fama.
Cabrera estuvo acompañado en el estadio con su familia, y al momento de tomar el primer turno al bate, su hijo hizo el anuncio por el parlante, mientras que el padre escuchaba la voz, y sonrío con picardía, mientras el jovencito y sus hermanitas en una caseta sonreían de alegría.
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