Los escritores Pedro Téllez y Victorino Muño, tuvieron un diálogo para establecer en qué consiste la trascendencia del periodista y escritor José Rafael Pocaterra, en la que concluyeron que los temas, la diversidad, mezcla de géneros y la forma como escribió determinaron su inmortalidad.
La charla de ambos intelectuales se desarrolló en la Casa Pocaterra, sede de Fundacultura, donde los estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena (E.A.P.A.M.) exponen ‘Cuadros Grotescos. Una visión artística de los cuentos de Pocaterra’.
La exposición estará abierta hasta la primera semana de mayo. El cierre será el martes 3 de mayo con el comisionado de cultura de la Alcaldía de Valencia, Denis Miraldo, quien disertará sobre la figura del escritor carabobeño.
Tellez estableció que la habilidad de Pocaterra de pasar de un género a otro o fundir dos o más en un texto lo hace importante para su análisis y estudio.
Un caleidoscopio
A manera de ejemplo, recordó que el cuento es de circunstancias y la novela de caracteres, pero en Pocaterra hay cuentos con caracteres: “los objetos se vuelven personajes”, dijo Tellez, quien de inmediato ilustró esta síntesis mencionando algunos cuentos como ‘La llave’.
Además, plasmar la realidad de forma cruda y directa, sin los adornos de la literatura de la época lo hizo trascender.
Y es en esa presentación de la realidad en la que hizo hincapié Muñoz para explicar el hecho de que hoy Pocaterra es una referencia para los lectores, aunque no se replica en una influencia directa en los escritores.
Muñoz, director del sitio web literario ‘El diente roto’, comentó que lanzaron una encuesta en línea para que los ciudadanos respondieran si recordaban algún cuento de Pocaterra y cuál era. Tuvieron una avalancha de respuestas.
A su parecer, Pocaterra es en el entendimiento colectivo un hombre-símbolo, porque sobrevivió a la dictadura y a la cárcel, y luego desempeñó cargos públicos, como el de presidente de Carabobo.
‘De cómo Panchito Mandefuá cenó con el Niño Jesús’ y ‘La i latina’ son considerados clásicos. El primero es incluido en la educación básica y h sido interpretado en obras de teatro infantiles, aunque no es un cuento para niños; el segundo es referencia, está incluido en la Biblioteca Virtual del Instituto Cervantes.
Con nota de prensa
