Columna: Mejor Vivir
(Por: Arnaldo Rojas)
.-Como todo momento histórico, la pandemia del Covid 19 ha cambiado la forma en la que nos expresamos y nos ha recordado, de repente, algo que casi pasa inadvertido: el lenguaje es uno de los principales indicadores del cambio en nuestras vidas. Durante el tiempo que hemos estado encerrados en casa, el lenguaje no paró de moverse.
Se incorporaron al habla cotidiana nuevos términos: mascarilla o tapabocas, cuarentena, confinamiento, pantalla facial, contagio, flexibilización. Otros cambiaron de significado (distanciamiento social). Palabras científicas ingresaron al lenguaje cotidiano (pandemia, coronavirus, covid 19, diagnóstico, vacuna). En resumen, el mecanismo de comunicación, gracias a internet, ha evolucionado rápidamente y hemos integrado en nuestras vidas palabras que no existían hace pocos meses. El lenguaje lucha por mantenerse al día con los cambios. A esto se suma el dinamismo social, porque el lenguaje no es solo comunicación, sino también la forma en que definimos la sociedad y las relaciones con las personas. Lo cierto es que la pandemia pasará, pero las palabras quedarán; muchas se añadirán a las expresiones de nuestra lengua y las diremos con total normalidad. De esta forma hemos tenido que adaptarnos a los nuevos usos del lenguaje, sumando palabras al uso cotidiano como pandemia, covid-19, distanciamiento social y confinamiento. Hemos aprendido a utilizar herramientas tecnológicas como Instagram Live, Zoom, etc. para teletrabajar y realizar encuentros o diversas actividades on line.
Para la Real Academia Española (RAE) un reflejo de este cambio cultural es que “palabras como pandemia, epidemia, cuarentena, confinar, confinamiento, hipocondría, asintomático o, por supuesto, coronavirus aparecen en los puestos más altos de palabras buscadas estos días en el diccionario”. Además de aparecer juntas en los procesos de búsqueda, algunas ocupan por primera vez un lugar en los listados de búsqueda, como goticula.
En los últimos meses hemos visto que palabras que eran utilizadas por trabajadores de la salud han ingresado definitivamente en el lenguaje común. Hoy en día hablamos con total normalidad de PCR (examen para detectar el virus), brote familiar, cordón sanitario, aislamiento social, UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) y respiradores.
Hemos interiorizado términos desde bacteria hasta paciente cero (es decir, el primer paciente identificado, estudiado y sometido a terapias dentro de la muestra de la población de una investigación epidemiológica ), desde contagio hasta cuarentena.
De hecho, la evolución de este último término aún está por verse, ya que cada vez es más usual escucharla como verbo: cuarentenar o cuarentenear. Serán los hablantes los que decidan si esta nueva palabra termina por ser incorporada al Diccionario de la lengua española, aunque nadie duda de que estar o pasar la cuarentena sí serán expresiones que quedarán entre nosotros por mucho tiempo.
Es interesante comprobar como esta pandemia ha hecho que expresiones anteriormente muy comunes están hoy en declive, como, por ejemplo, el adjetivo viral traducido como algo que se propaga rápidamente a través de las redes sociales. La gente está dejando de definirse como positiva, ya que, paradójicamente, este adjetivo nos hace pensar en la infección, por lo que está cargado de una negatividad subyacente.
Los hechos marcan nuestra manera de comunicarnos y esta crisis sanitaria continúa. La Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de anunciar que se estima que termine dentro de dos años. Veremos qué otras expresiones adoptaremos los que vivimos un acontecimiento que no se presentaba en el mundo desde hace un siglo.