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La musa olvidada de Diego Rivera

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(Por: Arnaldo Rojas)

.-Hay personajes que injustamente han caído en el olvido a pesar de sus vidas asombrosas y ejemplares. Helen Wills es uno de ellos. Deportista, escritora, pintora y activista social, considerada una de las tenistas más importantes del siglo XX, fue inmortalizada en un mural de Diego Rivera.

Un día le preguntaron a Charles Chaplin cuál era la imagen que más le había fascinado en su vida. Para sorpresa de todos, contestó que no había visto nada más bello que el movimiento de Helen Wills jugando al tenis.

Helen Newington Wills (1905-1998) fue una deportista excepcional, dotada de gran talento para el deporte que practicó, el tenis. No solo cosechó victorias durante dos décadas y dejó registros casi imbatibles para la posteridad en el mundo del tenis, sino que también incursionó en la literatura, publicando varios libros de poemas y destacó en las artes plásticas. En esta parte de su vida encontramos un pasaje fascinante, y curioso, pero casi desconocido.

En su faceta de pintora, Wills realizó dibujos y pinturas, que presentó en las principales galerías de Nueva York o Londres. Pero su relación con el arte no se limitó solamente a sus propias creaciones. El escultor armenio Haig Patigian le dedicó una escultura Helen de California (1927), hoy expuesta en el Young Museum de San Francisco, el escultor estadounidense Alexander Calder las esculturas Helen Wills (1927) y Helen Wills II (1928) y su compatriota Edward McCartan, la escultura Helen Wills Moody (1936).

Fue una consecuente activista social a favor de los derechos de la mujer y los sectores más vulnerables, como los afrodescendientes. Durante la década de los años veinte, mantuvo una estrecha relación con algunos de los más notables artistas del Realismo Social en Estados Unidos como el escultor, pintor y muralista Ralph Stackpole. En 1930, conoció en el estudio de San Francisco de su amigo Stackpole a la pareja de artistas mexicanos Frida Kahlo y Diego Rivera, quien ya era un afamado muralista.

Rivera se entusiasmó con los cuadros de Helen Wills. En 1930, la retrató en varias de sus obras. Y, n 1931, la inmortalizó al pintarla en el primer mural que hizo en EE.UU., “La Alegoría de California” del club de la Bolsa de San Francisco, donde ella aparece como figura central que representaba a Calafia, una mítica reina asociada a California que, según la tradición, lideró un reino de mujeres negras y guerreras.

Durante los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, poco a poco se encerró en su mundo y evitó las apariciones públicas, manteniendo, a título personal, tanto la práctica del tenis como sus actividades artísticas. De hecho, siguió jugando al tenis y pintando hasta avanzada edad.

Helen Wills cambió de paisaje el 1º de enero de 1998 en Monterrey, California, tenía 92 años. Tuvo el detalle de legar su patrimonio a la investigación científica en salud, destinando 10 millones de dólares para el Instituto de Neurociencia de la Universidad de California, que pasó a llamarse Instituto de Neurociencia Helen Wills.

Ilustración: Detalle de “La Alegoría de California” donde el personaje Calafia aparece con el rostro de Helen Wills. 

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