(Por: Arnaldo Rojas)
.- Estudios recientes, tanto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como de instituciones científicas, han detectado que las mujeres actualmente están teniendo menos hijos y, además, los tienen más tarde en su vida en comparación con épocas pasadas. Se podría decir que la maternidad no está de moda.
También se registra una baja en los índices de fertilidad de mujeres y hombres por causas que todavía se debaten (siendo las más aceptadas de orden ambiental, especialmente los alimentos procesados que consumimos y los químicos involucrados en su cultivo, así como la contaminación general a la que la mayor parte de la población está expuesta).
Las investigaciones igualmente indican que se ha incrementado el número de mujeres que tiene un único hijo sin perspectiva de continuar con la procreación, alcanzando actualmente un 17% de las mujeres consideradas. En contraste, únicamente el 12% de la generación anterior de mujeres tenía hijos únicos.
Esta última tendencia se observa sobre todo en países europeos pero ya se empieza a presentar en una gran cantidad de países, particularmente de Latinoamérica donde la tendencia es mucho menor. Asimismo, las estadísticas mostraron un aumento en el número de mujeres que tienen hijos sin estar casadas.
En parte esto se explica porque las mujeres tienen hijos más tarde, muchas de ellas teniendo su primer hijo ya pasados sus 30, pero esta circunstancia es parte de un fenómeno social, cultural y personal más amplio de nuestra época relacionado con la maternidad.
Entre las razones por las que las mujeres eligen tener hijos más tarde se puede sugerir el hecho de que actualmente tienen mayores oportunidades laborales y existe una tendencia cultural a darle más importancia al desarrollo de una carrera profesional. Esto a su vez es efecto de un movimiento socioeconómico mayor, ocurrido al menos a partir de la década de 1960, por el cual se incorporó a las mujeres a la actividad económica cada vez con mayor amplitud. De esta condición se derivaron también cambios en el costo de criar hijos y, como consecuencia, diversos efectos en las prácticas de las relaciones de pareja
En otro campo, los avances en la medicina y en la calidad de vida también han hecho menos complicado tener hijos a una edad más avanzada (si bien los riesgos de un embarazo pasada cierta edad no han desaparecido del todo).
En este sentido, vale la pena señalar que aunque el retraso en la maternidad puede tener la ventaja de ser el resultado de una decisión más madura, también hay desventajas importantes. Los embarazos en mujeres de 35 años o más suelen implicar ciertos riesgos de salud que pueden propiciar abortos espontáneos o afectar al bebé a mediano y largo plazo.
Este panorama general sugiere para algunos una crisis en el paradigma de la familia y de los valores y los recursos afectivos que esta provee. Con todo, recordemos que dicha «crisis» podría considerarse más bien en curso al menos desde inicios del siglo XX, cuando el modelo de la familia tradicional comenzó a cambiar como resultado de los cambios socieconómicos de la época.
En todo caso, estas tendencias son un interesante tema de reflexión en cuanto al impacto socio cultural que tendrá en la familia y la sociedad en un futuro inmediato.
Ilustración: Julie de Waroquier