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Julio Castro: «Este es el momento de más transmisión de coronavirus en Venezuela»

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El infectólogo Julio Castro tiene claras varias cosas con respecto a la vacunación contra la covid-19.

Lo primero es que todas las inmunizaciones tienen una eficacia parecida, por encima del 90 %. Segundo, que hay que vacunarse lo más rápido posible y con la primera que esté disponible porque, y allí viene el tercer punto, las personas no podrán escoger de qué laboratorio será el producto que le inyectarán.


Seguimos enumerando los facts de Julio Castro: cuarto, está seguro que la vacunación será por fases y se llevará, por lo menos, todo el año. Quinto, ninguna vacuna genera reacciones graves pues después de más de 200 millones de dosis ya se habría sabido (con datos científicos y no por fakes).

Sexto, que en esta primera parte de la campaña de inmunización nadie debería colearse porque es quitarle una protección a personal de salud de primera línea, gente que de verdad salva vidas.


Castro ofreció un live desde su cuenta de Instagram para conversar sobre el tema. Lo motivó que, unos días antes, un grupo de enfermeras lo interrogó sobre la conveniencia o no de vacunarse. Se dio cuenta que había muchas dudas sobre una medida que, para él, debe acatarla prácticamente todo el mundo.


Durante la conversación, el infectólogo mostró preocupación por la situación del coronavirus en Venezuela, que se encuentra en «plena segunda ola pandémica». A su juicio, no estamos en condiciones de empezar clases este lunes.


La recia segunda ola


Las cifras oficiales no son la única manera de saber cómo va realmente la pandemia en Venezuela. Los médicos chequean los casos y muertes por infección respiratoria aguda que, en esta época de pandemia, han aumentado bárbaramente. Por supuesto que los decesos son mucho más altos que los fallecidos por coronavirus que el gobierno de Nicolás Maduro admite.


«Basados en esto, nos damos cuenta que estamos en plena segunda ola de contagios. Las clínicas tienen un porcentaje importante de pacientes y otra buena cantidad de personas en terapia intensiva. El número de fallecidos está igual que en agosto de 2020 pero los casos no. Esto puede deberse a dos cosas: a pocas pruebas realizadas de PCR o a que la gente se siente cómoda con la enfermedad y se trata en su casa. Es decir, no van a centros asistenciales».


Asegura que «este es el momento con más transmisión en el país, estamos en medio de la segunda ola epidémica». Y agregó: «No es buena idea empezar el lunes que viene las clases».


También apuntó que el regreso a clases, cuando sea que se dé, no puede significar regresar a la «escuela de 2019 con 40 alumnos por aula, juegos de fútbol en las tardes o verbenas». Debe haber fraccionamiento de los grupos de alumnos, obligación de usar mascarillas y hasta faceshield y asistencia a clases un día sí y otro no.


Cree que las personas se están cuidando un poco más, porque ya conocen a gente que ha muerto. Esta sensación de que realmente está pasando algo genera cambio en la actitud individual. La gente se moviliza menos, usa más el tapaboca… Eso es algo que suele ocurrir en todo el mundo», afirma.


Las vacunas, aliadas seguras


En el mundo ya se han puesto 230 millones de vacunas. Es un número más que suficiente para saber si causan reacciones graves. La respuesta es: no las causan. Todo lo contrario. Las vacunas han evitado el virus de forma potente.


«Estados Unidos ha puesto 66 millones de dosis. Reino Unido, 20 millones. Con esto ya hubiera aparecido una reacción importante. Uno de las grandes dudas era la seguridad y ya eso está resuelto. Solo ha habido reacciones pequeñas. Eso es un aliciente para ir a vacunarnos», expresó. Y agregó: «Los antivacunas son los primeros enemigos actualmente».


No son 100 % efectivas (como la mayoría de vacunas contra neumonías) pero su nivel de protección es muy alto, sobre 90 %.


El efecto positivo de las vacunas se observa en los fallecidos. La línea es «muchísimo menor» en los decesos de personas vacunadas que fallecen. Reino Unido e Israel han dejado constancia de ello al registrar una caída drástica en las muertes dentro de geriátricos, lugares donde primero colocaron las vacunas.


Julio Castro fue contundente al decir que «mientras más rápido se vacune, menos gente se muere en el camino».


Vacunación en Venezuela


El proceso de inmunización en Venezuela es un gran limbo. «En teoría, en algún momento van a llegar 10 millones de vacunas pero no sabemos cuándo», refiere.
Esa cantidad de inmunizaciones sirve para vacunar a 5 millones de personas. Y en Venezuela hay casi 30 millones.


También se espera que el fondo Covax de la Organización Panamericana de la Salud envíe 11 millones de vacunas más, lo que protegerá a 5,5 millones de personas. «En Venezuela va a tardar más lograr la inmunidad de rebaño», anticipa.


En total, sumando todo y si se respetan los niveles de priorización en la vacunación (básicamente por orden de edad y a trabajadores sanitarios y docentes), se cubriría la mitad de la población mayor de 40 años. «Si después va a haber más vacunas para el resto, no lo sé», duda.


«¿Qué cuándo va a llegar eso? Lo sabe Cristo. La inclusión en el fondo Covax (Venezuela estaba fuera porque el gobierno de Maduro tiene tres años sin pagar las cuotas) va a tardar de 5 a 6 semanas. Es probable que en ese tiempo lleguen las inmunizaciones y que en abril comience la vacunación masiva», expresó.


Insiste en que es muy importante vacunar primero a los que están en primera línea salvando a pacientes con coronavirus: personal sanitario de emergencia, de terapia intensiva, de triaje, en salas de covid. «Las 100.000 vacunas que mandó adelantadas Rusia no alcanza para todo el personal de salud, que son millón y medio en Venezuela», opina. Por eso se deberían establecer prioridades.


Sugiere prepararse para una «vacunación secuencial» en 2021. Y es mejor así porque no hay dónde guardarlas ni cómo distribuirlas tan rápido. «Es mejor que nos las manden dosificadas», manifestó. Y que hay que mantener las medidas de bioseguridad: «No todo depende de la vacunación. El escudo debe seguir siendo el uso del tapabocas y las medidas de prevención».


Admitió que aún no se ha vacunado porque no ha sido convocado. Pero que cuando lo llamen se va a vacunar «aunque sea con la rusa». Y envió un mensaje a todos: «Si usted no es personal de salud no se colee porque se la están quitando a personas que sí la necesitan para salvar vidas».


La cruda realidad


La realidad es que no hay vacuna para todo el mundo y no las habrá en 2021. Ni queriendo los laboratorios pueden producir dos dosis para 6 mil millones de personas.
«Tenemos que tener claro el escenario de cantidad de vacunas para 2021 en el mundo es de escasez. No va a haber 12 mil millones de vacunas para los 6 mil millones de humanos. Los países tendrán que vacunar en fases. Y si los países no tienen claras las fases, van a tener un problema», alertó.


Tampoco cree que se genere un mercado privado de vacunas: «Los médicos no las van a traer en una cava ni las van a vender las cadenas de farmacias. Es irreal pensar que eso va a pasar. Y un mercado paralelo arrojaría muchas dudas sobre la cadena de frío, la preservación correcta, la manipulación…».


Así que la recomendación es clara: Vacúnese apenas le digan y con la vacuna que le toque.


«No existe una mejor vacuna. Todas están por encima de 90 %. Nadie va a poder decidir qué vacuna se va a poner. Pero es que no lo pueden hacer ni los alemanes ni los gringos. La mejor vacuna que usted puede ponerse es la que tenga disponible. No dilate la vacunación esperando Pfizer o Johnson. Póngase la vacuna y ya».


Aunque no existe manera de medirlo aún, se cree que la inmunidad es de al menos un año con anticuerpos robustos. Quizás haya que vacunarse de nuevo en dos o tres años. Y los niños serán los últimos en vacunarse pues son la población menos vulnerable y, además, hay que esperar más estudios de seguridad.


¿Quiénes no deben vacunarse?


Son muy pocas, pero muy pocas, las personas que no deben vacunarse. Entre ellas están las personas que tienen las defensas bajísimas debido a que están en plenas quimioterapias, los trasplantados muy recientes, personas con los glóbulos blancos en cero o que padecen de VIH y abandonaron el tratamiento.


Sobre las madres lactantes, piensa que si alguna de ella trabaja en un sitio de alto riesgo de contagio, es preferible que se vacune. «Hasta ahora ninguna vacuna tiene virus vivo, así que no se puede transmitir por la leche materna», tranquiliza.


A las personas que han sufrido reacciones anafilácticas alérgicas alguna vez, les sugiere que se vacunen en sitios donde dispongan de adrenalina, por si acaso se presenta algún evento.
«Los que se enfermaron con covid-19 tienen mayor inmunidad que los que no. Por ello, muchos países están dilatando la segunda dosis a los que ya padecieron el virus. Pero no sabemos si eso va a funcionar. Por otra parte, eso no se puede hacer con la Sputnik V porque las dos dosis tienen componentes distintos», comenta.


La inmunidad que otorga la vacuna comienza varias semanas después. Por ello, un vacunado puede contagiarse si hace contacto con el virus pocos días después de la primera dosis.

Con notas de agencias

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