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Joe Biden no es presidente de Estados Unidos

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El demócrata es el candidato proyectado por los medios como ganador de la elección pero no es oficialmente presidente electo. Aunque el panorama es complejo para Trump, aún puede ajustar los números y definir en la Corte.

Tanto en política como en el fútbol el partido se juega hasta que se acaba. Y el partido en Estados Unidos no ha terminado. Cumplido el tiempo reglamentario, los comentaristas se atrevieron a proclamar un ganador. Sin embargo, en el tiempo de descuento la pelota sigue rodando, y una jugada inesperada puede voltear o ajustar el marcador.

La justicia arbitral también suele jugar un importante rol –ahora ayudada en el fútbol con el uso de la tecnología–. En esta etapa se encuentra el proceso electoral en EE.UU. El presidente Donald Trump contará hasta el último segundo –en este caso– el último voto; para entonces pedir revisar la jugada en la Corte Suprema, el equivalente al polémico VAR en el fútbol.

Joe Biden no es el presidente electo de Estados Unidos. El demócrata es el candidato proyectado por los medios como ganador de la elección, de acuerdo con los datos estadísticos que apuntan a esa probabilidad. Esta es la realidad, a pesar de que varios jefes de Estado lo hayan felicitado y él haya actualizado su perfil en Twitter.

Un largo tiempo de descuento

Para que el Colegio Electoral declare a un candidato como presidente electo se requiere que los electores estatales emitan sus votos y esto no ocurrirá hasta el 14 de diciembre, según explica France24 en artículo titulado: ¿Qué sucede si se impugnan las elecciones en Estados Unidos?

El 3 de noviembre se llevó a cabo la elección popular. No obstante, el voto popular no determina directamente quién gana la presidencia. Para ser elegido presidente de Estados Unidos se requiere obtener al menos 270 de los 538 votos electorales. El voto popular escoge por estado los 538 miembros del Colegio Electoral que emitirán sus votos para elegir al presidente. Todos los electores de un estado votan tradicionalmente por el partido más votado en ese estado, excepto en Maine y Nebraska, donde se reparten de manera proporcional.

Aunque cada uno de los 50 estados tiene sus propias normas, la ley federal establece una fecha límite común para que terminen los procesos. El 23 de noviembre es la fecha límite para recibir boletas en ausencia y en el extranjero de los electores que no pudieron votar personalmente. El 12 de diciembre es el plazo para la certificación de los resultados. Esto suele determinar cómo votarán los electores estatales. Y es finalmente el 14 de diciembre cuando los electores estatales emiten su voto.Anuncios

Dada la complejidad del proceso que aún no culmina, se puede afirmar que no hay presidente electo en Estados Unidos. Hay un candidato proyectado como eventual ganador. Hay que tomar en cuenta que en Estados Unidos no existe un organismo electoral sino 50 organismos estatales con reglamentos diferentes. Esto también hace que no sea posible declarar oficialmente un ganador hasta que emitan su voto los 538 electores estatales.

La votación definitiva

Otro aspecto que no se puede obviar es el hecho de que los electores estatales no están obligados a votar por el candidato que obtuvo la mayoría de votos en un determinado estado. Es decir, el voto popular no es vinculante. Aunque por más de un siglo se ha mantenido la tradición de que los electores estatales votan por el candidato que ganó el voto popular en un estado en cuestión, esto puede no ser así, y seguir siendo constitucional.

La ley asegura que en última instancia, es la legislatura estatal la que decide a cuál candidato se asignan los delegados, aclara BBC Mundo. Este medio también explica que debido a la polémica en torno a las denuncias de fraude hechas por el presidente Donald Trump, no se puede descartar que en algunos estados donde el Partido Republicano controla la legislatura estatal, esta podría no aceptar como válidos los resultados de las elecciones en su estado. En caso de darse esta situación, la legislatura estatal podría asignarle al candidato republicano los delegados al Colegio Electoral.

La certificación en el Congreso

La siguiente etapa se traslada al Capitolio. El recién elegido Congreso federal de Estados Unidos se instala en Washington el 3 de enero de 2021, y el 6 de enero convoca a una sesión conjunta, presidida por el vicepresidente Mike Pence, para certificar los resultados de la elección.

El 20 de enero debe concluir inevitablemente el proceso de sucesión. Incluso si la elección es impugnada en las cortes, la Constitución federal garantiza que el país tenga un presidente para el día de la juramentación.

En caso de que ninguno de los dos candidatos alcanzara los 270 votos electorales, la 12ª enmienda establece que la Cámara de Representantes elige al presidente y el Senado elige al vicepresidente. Este escenario no se presenta desde hace 195 años. Sin embargo, este no parece ser el caso actual.

Las cuentas de Trump

Todo parece indicar que el presidente Donald Trump aprovechará este tiempo de descuento –retomando la analogía con el fútbol– para apostar a un ajuste favorable en el voto popular mediante reconteos que le permitan sumar más votos electorales, para finalmente pelear la diferencia en la Corte Suprema.

Evidentemente, Donald Trump no se quedará en los 214 votos electorales sumados hasta el momento. Aún no se completa el conteo en Alaska, Carolina del Norte, Georgia, Arizona, Nevada y Pensilvania. En los dos primeros Trump tiene una clara ventaja, mientras que en Georgia y Arizona se encuentra por debajo de Biden por apenas 0,2 % y 0,5 %, respectivamente.

Las cuentas de Trump son, sin lugar a dudas, mantener la ventaja hasta el cierre del conteo en Alaska y Carolina del Norte y dar la vuelta al estrecho resultado en Georgia y Arizona. En este escenario, Trump llegaría a 259 votos electorales y su batalla se enfocaría en arrebatarle Pensilvania a Biden en la Corte, ya que este estado aporta 20 votos electorales, suficientes para pasar los 270 requeridos. Con Nevada no le sería suficiente para ganar, puesto que solo suma seis.

Justamente este lunes, el equipo de abogados del aspirante a la reelección impugnó los resultados en Georgia, Arizona, Nevada y Pensilvania. Con este análisis PanAm Post no pretende desconocer los resultados divulgados por los medios ni desestimar la proyección sobre la victoria de Biden. Tan solo se busca aclarar que el candidato demócrata aún no es oficialmente presidente electo y que en los 78 días que hay entre la elección y la juramentación muchas cosas pueden pasar. Aunque el escenario es bastante complejo para Donald Trump, las probabilidades matemáticas y arbitrales son factibles, y el líder republicano no se quitará la camiseta hasta escuchar el pitazo final.Artículo AnteriorCaso general Salvador Cienfuegos, tema prohibido en México.

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