El Gobierno francés aprobó un toque de queda nocturno en París y en las principales ciudades a partir del fin de semana, para frenar la imparable circulación del coronavirus, en una Europa que se prepara para lo peor.
En Francia ya se han registrado cerca de 33.000 muertos por coronavirus y más de 790.000 contagios. Actualmente hay 1.633 personas en cuidados intensivos y con asistencia respiratoria por covid-19 y la capacidad nacional es de 5.000 camas.
Casi 20 millones de personas se verán afectadas por estas nuevas medidas, que buscan frenar el avance del nuevo coronavirus.
«Debemos actuar» ya que «la situación es preocupante», dijo el jefe de Estado francés, que advirtió que la «segunda ola» ya se está abatiendo sobre el país.
La pandemia ha provocado al menos 1,08 millones de muertos en el mundo y 38,2 millones de contagios.
En Europa hay más de 244.000 fallecidos y 6,7 millones de casos. Es la región del planeta donde la epidemia avanzó más durante la semana pasada, datos que probablemente se repitan en la semana en curso.
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En Alemania también se anuncian cambios. La canciller Angela Merkel quiere imponer nuevas restricciones, entre ellas ampliar el uso obligatorio de la mascarilla o adelantar el horario de cierre para bares y restaurantes en las zonas donde la tasa de contagio sobrepase los límites que se había fijado el gobierno.