(Por: Manuel Barreto Hernaiz)
“Sé fiel a lo que existe dentro de ti”._
*André Gide*
Hace cierto tiempo alguien afirmaba que en Venezuela todos los días amanece el mismo día. No avanzamos, o lo hacemos imperceptiblemente. Y es verdad, como lo dice la canción: “la rutina ya le dio sabor a nada”. Si sólo fuese verdad para asuntos como la edad, le daríamos gracias a Dios por no envejecer, pero la realidad es que todos estamos envejeciendo, a ritmos distintos, pero para allá vamos.
El otro aspecto, es el vertiginoso avance de la destrucción nacional. Esta es una realidad incuestionable, que requiere que la rutina le dé sabor a algo.
Y ese sabor no lo describen las palabras que no pasan de ser gritos en el cielo y susurros en este árido terruño sobre el cual no solo tenemos que sembrar las semillas del porvenir, sino colocar los cimientos de un nuevo país.
Gritos y susurros que al menos tengan algo de coherencia y que esperamos sean escuchados por quienes podrían influir en el curso de los acontecimientos, pues el resultado hasta ahora observado es un desfase entre quienes dirigen o coordinan organizaciones y lo que creen u opinan sus integrantes.
Lo que podría ser tremendamente dinámico e interactivo, no dejan de ser cónclaves o cotos cerrados y ahora enmudecidos. Por un lado, vemos un liderazgo dividido y desorientado y por el otro, una esteril discusión entre pares; una ciudadanía desalentada que, ante la falta de claridad y orientación en tiempos tan duros, ha retirado su confianza al Frente, quedando expuesta a la exaltada manipulación de cuantos se sienten ungidos por una efímera luz que no disipa las sombras, ni con lo planteado por Platón en su caverna, como lo vemos aquí mismo, la renovada demagogia y esta versión tropical de “El discreto encanto de la burguesía” que hubiese fascinado al mismo Luis Buñuel.
El tiempo corre y el régimen ya está preparado para las elecciones, sean las que sean. Y lo está desde hace tiempo; de allí las inhabilitaciones políticas y las persecuciones y prisiones de los líderes más populares.
Así las cosas – y lo repetimos una vez más – este es el momento para organizar un decidido movimiento, bloque, frente nacional que entusiasme y logre movilizar a la ciudadanía en torno a un mensaje claro y esperanzador, pero coherente y alcanzable. Que aglutine en torno a la reconstrucción del país y que esta manifestación cívica de TODOS los sectores que conforman a nuestra nación, más que una esperanza, sea una comprometida realidad.
Inmensa labor, no por la magnitud del reto o por lo arduo de la tarea, sino por la aparente carencia de efectividad, compromiso y hasta agilidad de muchas personas, organizaciones y partidos políticos.
A veces nos preguntamos para qué sirve el libre albedrío o la pluralidad, o tantas palabras, si cada cual con su pedacito nunca podría concretar algo que nos lleve al campo de las soluciones reales, tangibles o prácticas.
Pensamos que se trata de un acto de auto-fidelidad muy prolongado que se acrecienta con las adversidades y reveses, es la firmeza personal con respecto a nuestros propios valores y creencias…
Sin embargo, no podemos negar que muchas veces la lucidez se nos va muy largo al carajo y la coherencia no cuadra con nuestra razón… Y entonces recordamos canciones de Serrat, y hasta aquellos libritos que de muchachos se nos atravesaron, como por ejemplo “Juan Salvador Gaviota” de donde guardamos una frase que la hicimos casi una oración…: ”Tu única obligación en cualquier período vital consiste en ser fiel a ti mismo”…
*Manuel Barreto Hernaiz*