(Por: Rubén Limas)
¡Sin lugar a dudas, siempre habrá esperanzas por un mundo mejor!
Quiero primeramente agradecer a Dios por todo lo que me ha dado en la vida, por estar vivo en medio de esta pandemia que se ha llevado a muchos conocidos y amigos.
A mi familia por su permanente apoyo a mis actividades profesionales y políticas, a mis compañeros de AD, de la Alianza Democrática, a mis pacientes, a quienes me siguen apoyando y han votado por mí, a mis apreciados amigos y amigas de los medios de comunicación que permanentemente me dan cobertura y apoyo. Eternamente agradecidos a todos.
Hago votos, por una Venezuela mejor de la que hoy tenemos, donde se abran las puertas de las oportunidades para todos por igual, de desarrollo y mejoramiento en todos los ámbitos. Apuesto al año 2022 al crecimiento económico y social del pueblo de Venezuela. A la reconciliación, diálogo y la paz, a enterrar los odios y la venganza, a la justicia; ya que no habrá paz si no hay justicia.
Desde la Asamblea Nacional seguiré promoviendo y apoyando las leyes que ayuden al aparato productivo del país, a la modernización del estado, de las tecnologías de la información y las comunicaciones, del mejoramiento de la educación y la salud, del mejoramiento de los salarios y del poder adquisitivo.
Tiene que ser un año para la reconstrucción, la paz y el progreso. Los índices económicos 2021 producen una aliento, se detuvo el decrecimiento en la economía, y ha habido un crecimiento del 3,1% del Producto Interno Bruto, lo que ha dado señales de mejoramiento de la situación económica, lo que acompañado de lo que pareciera ser la normalización del suministro de gasolina, dan sensación de respiro y menos estrés social.
Los analistas también pronostican que el 2022 crecerá la economía en un 6,9% y ello sin duda será un nuevo alivio y sensación de que el país mejora. ¿Pero realmente esto será francamente positivo para el país? Definitivamente pudiera serlo, sí el gobierno termina por entender que solo impulsando leyes en el sector productivo, revertiendo las expropiaciones y confiscaciones, abriéndose a una economía social de mercado, sustituyendo las importaciones, estimulando el sector productivo no petrolero, en especial la agricultura, construcción y comercio, podemos realmente avanzar en el camino correcto. Las remesas que seguirán llegando al país, y que pudieran incrementarse, dependiendo de lo que ocurra con la pandemia en 2022, ayudarán al poder adquisitivo de muchas familias. Sólo así, pudiéramos decir o pronosticar que habría un crecimiento económico que ayudará a combatir los niveles de pobreza y desigualdad que hoy existen. Sí eso no ocurriera así, lamentablemente la brecha de injusticia social se incrementará.
Por ello creo que todos los sectores del país, debemos dejar este año a un lado el conflicto político, y trabajar para ayudar a una verdadera reactivación de la economía y a su vez ayudar a paliar el conflicto social que hoy existe, mejorando los servicios públicos del país.
Las sanciones, no han servido de nada, sólo han profundizado la crisis económica, social y política del país, en especial de los que menos tienen, con graves consecuencias en la ética y la moral ciudadana. Ya está más que harto conocido que la crisis económica del país, no ha producido el cambio político que deseamos la inmensa mayoría de los venezolanos por lo cual, es mi opinión muy personal, deberíamos abortar la intención de entrar en una nueva campaña por el Referéndum Revocatorio, que sin dudas traería nuevos enfrentamientos políticos en su gran mayoría estériles para el pais. Obligaría a los gobernadores y alcaldes opositores recién electos a confrontar políticamente al gobierno nacional, y como ya sabemos de las características autocráticas de éste, no hay que ser mago para saber las consecuencias de ello. No es cohabitar, es sobrevivir, hacer gestión, ocuparse de los problemas de la gente y demostrar que somos diferentes en el ejercicio de la política pública. Además se debe reconstruir la oposición venezolana dividida por conflicto de intereses, llamar a elecciones internas de los partidos y su modernización, relanzar un nuevo movimiento opositor, evaluar la posibilidad de escoger un candidato presidencial vía elecciones internas. Hay bastante trabajo que hacer para prepararse para el 2024 y ganar contundentemente a la menguada votación oficialista.
Feliz año nuevo para todos, que Dios bendiga nuestros pasos, y nos iluminen en la acción y el pensamiento, para que volvamos a vivir mejor.