(Carlos Rojas Esser- NDP) No hubo peloteros que se lanzaran encima de sus compañeros en cuanto cayó el último out. Tampoco pudieron apreciarse los baños de champaña.
Más bien había una mascarilla que cubría cada rostro, mientras los Dodgers celebraban el título de la Serie Mundial que no habían conseguido desde 1988 y que llegó en una campaña que nadie pudo haber imaginado antes de la pandemia de coronavirus.
Los Dodgers comenzaron también la fiesta sin Justin Turner, su astro pelirrojo y barbado, quien dio positivo de COVID-19 antes de que terminara el sexto encuentro, que selló la coronación.
Turner fue retirado del duelo que Los Ángeles Dodgers ganaron por 3-1 a los Tampa Bay Rays, luego de arrojar el primer resultado positivo de coronavirus en 59 días dentro de las Grandes Ligas. El antesalista no estuvo en el campo mientras los Dodgers hacían lo permisible para festejar en la temporada más inusitada de todas.
El pelotero de 35 años, una presencia emblemática de los Dodgers durante la conquista de siete de sus ocho títulos consecutivos en la División Oeste de la Liga Nacional, volvió al terreno con su esposa aproximadamente una hora después del juego, y se tomó fotos con el trofeo de la Serie Mundial.
Recibió un gran abrazo de su viejo compañero Clayton Kershaw y se sentó adelante y al centro para una foto grupal.
«Gracias a todos los que han preguntado. Me siento muy bien, sin ningún síntoma», manifestó Turner en Twitter unos minutos antes. «Simplemente experimento todas las emociones que ustedes puedan imaginar. ¡No puedo creer que no pueda estar ahí para celebrar con mis chicos! Estoy muy orgulloso de este equipo e increíblemente contento por la ciudad de Los Ángeles».
El comisionado de las mayores Rob Manfred confirmó el resultado positivo momentos después de entregar el trofeo de la Serie Mundial a los Dodgers. Fue un recordatorio de todo lo que ha sido distinto en esta campaña abreviada a 60 juegos por la pandemia.
Antes de todas esas alteraciones por la crisis global de salud, Mookie Betts había llegado a los Dodgers con la misión de marcar diferencia en la Serie Mundial. Con una desenfrenada carrera al plato, hizo precisamente eso.
