Previous slide
Next slide
Previous slide
Next slide

Dios y el diablo en la tierra del sol

Previous slide
Next slide
Previous slide
Next slide
Facebook
Twitter
WhatsApp
Pinterest
Pocket

(Por: Arnaldo Rojas)

Considerada una de las mejores películas brasileñas de todos los tiempos y una obra maestra del cine latinoamericano, Dios y el Diablo en la Tierra del Sol, cumple 60 años. Es propicia la ocasión para recordar y revisitar este magnífico filme.

Filmada en 1964 por Glauber Rocha, el máximo exponente del cine carioca, esta película es pieza fundamental del Cinema Novo, movimiento de jóvenes cineastas (influidos por la Nouvelle Vague francesa y por el Neorrealismo italiano) que inventaron una nueva manera de hacer cine en Brasil, desde una postura política de izquierda, con el deseo de crear un cine que saliera a las calles al encuentro del pueblo.

Dios y el Diablo en la Tierra del Sol, cuenta la historia de Manuel, un campesino que, cansado de los maltratos de su patrón, en medio de una discusión lo mata y huye con su esposa Rosa. Prófugos de la justicia recorren las baldías tierras del norte de Brasil durante los años 40 del siglo pasado, enfrentando y combatiendo el terror físico y espiritual que parece haber poseído al país.

La historia es relatada por el ciego Julio, cantor popular que, acompañado de su guitarra, va contando las peripecias de Manuel y Rosa en su tránsito hacia la liberación. Se trata de una historia basada en hechos reales pero recreada al estilo del Realismo Mágico y se desarrolla en el impresionante escenario del sertão (desiertón o desierto grande).

En medio de la pobreza, la violencia y la injusticia, aparecen santones que pretenden ser profetas-guías del pueblo y los Cangaceiros (bandoleros que azotaban las zonas rurales). Personajes simbólicos de la realidad política. Entre los cangaceiros destacan Antonio Das Mortes y Corisco, quien luce una vestimenta vistosa, una valentía incalculable y la habilidad para burlar a las autoridades. Sin embargo, Corisco en un momento alza su espada y vemos su rostro divido en dos por el filo: una mitad iluminada y la otra en sombras: Dios y el Diablo…

Rosa y Manuel, logran sobrevivir a los enfrentamientos y matanzas entre santones y cangaceiros. Huyen por el sertão. Rosa cae desmayada y Manuel sigue, corre velozmente, solo en la inmensidad… hasta que el sertão se confunde con el mar. El ciego Julio entona: “Mi historia está terminando, verdad o imaginación, espero que hayan aprendido esta lección, que estando mal repartido este mundo, anda mal. Que la tierra es del hombre, ni de Dios ni del Diablo”.

En su momento, esta película marcó una revolución tanto en el cine brasileño como latinoamericano y mundial. Fue nominada al Festival de Cannes. Su creador, Glauber Rocha, completó una trilogía con “Tierra en Trance” (1967) y “El Dragón de la Maldad contra El Santo Guerrero” (1969) que obtuvo el premio al mejor director en Cannes.

Glauber Rocha (1939-1981) también fue un polémico teórico del cine. Entre sus escritos resalta “Estética del hambre”, donde aparece una máxima que no caduca: “Una cámara en la mano y una idea en la cabeza. Es todo lo que necesita un creador para hacer cine”.

Facebook
Twitter
WhatsApp
LinkedIn
Pinterest
Previous slide
Next slide
Previous slide
Next slide

Economía

Política

WP Radio
WP Radio
OFFLINE LIVE
Scroll al inicio