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¿Dejó de ser la Universidad La Casa que Vence la Sombra?

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(Por: Nelson Acosta Espinoza)


.-Hace unos días coincidí con un profesor universitario que evaluaba su situación personal y la institucional en estos términos: añoraba los intercambios intelectuales que en el pasado se generaban espontáneamente entre los distintos grupos académicos de su facultad. En otras palabras recordaba el clima intelectual y político que prevalecía en las instituciones de educación superior. En su valoración no pasaba por alto desviaciones de naturaleza administrativas y clientelar que ya comenzaban a dar signos de vida.
En las conversaciones de pasillo y/o de cafetín nunca faltaban las referencias a las publicaciones de los investigadores  más importantes de las escuelas de pensamientos francesas, inglesas, americanas por mencionar las mas conocidas en nuestro medio. Autores como Gramsci, Althusser,  Bachelard, Derrida, Foucault, Levi – Strauss, Wittgenstein entre otros eran monedas de uso frecuente  y sobre sus orientaciones se edificaban prácticas y rutinas de pensamiento que proporcionaban sentido al accionar intelectual y político de diversos grupos que hacían vida en la universidad.
Ahora bien ¿A qué viene este comentario y añoranza del amigo profesor? 
La respuesta a esta interrogante puede ser abordada en dos dimensiones. La primera de orden global y articulada al deterioro que se ha operado en el país. Estamos viviendo, probablemente, la crisis societaria más profunda de nuestra historia republicana. El tramado institucional que proporcionó identidad y cohesión a la democracia se ha erosionado conjuntamente con sus actores más representativos.
En segundo término las condiciones de vida de los universitarios se han achicado. Las personales y las institucionales. Hoy día sus  preocupaciones  no giran en torno a los avances de las  ciencias sociales. La escuela francesa o inglesa no forman parte exclusiva de sus intereses. Lo inmediato es como se puede alcanzar la cesta básica y dónde encontrar los mejores productos y precios.
«El  intercambio de ideas» gira en torno al día de pago, el monto de la mensualidad y de los bonos que el gobierno proporciona.
En un cierto sentido la vida universitaria ha sido «domesticada». Su dimensión intelectual sustituida por arreglos políticos circunstanciales que supuestamente le permitirían sobrevivir.
Finalmente el colega profesor con tristeza exclamó: ¡La universidad dejó de ser la casa que vence la sombra!
Me veo en la obligación de expresar la respuesta con la  cual intenté combatir el desánimo y la depresión intelectual del colega universitario . Le señale que existe en el país intelectuales conscientes de la situación y se encuentran construyendo parámetros para la elaboración de un acuerdo nacional que permita recuperar la universidad y el país. Está iniciativa, no es para nada  fácil. Se requiere convocar al mayor número de intelectuales universitarios que se avoquen  a la  construcción de lineamientos para un futuro acuerdo social.
En esta tarea el papel de la universidad será vital. Es así como recuperará su papel protagónico en la sociedad  y  de nuevo volverá a ser «La Casa que Vence la Sombra».

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