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“CONSENSO DE WASHINGTON VS. FORO DE SAO PAULO”

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(Por: Santiago Rodríguez Castillo)

A principio de los años ’90, varias voces advirtieron a los demócratas,  para administrar con cautela la euforia que provocó en el mundo libre,  el desmoronamiento que estaba experimentando el comunismo.

Desde 1989 había comenzado una serie de acontecimientos que amenazaban con “intoxicarnos” si no los colocábamos en su justa dimensión: la revolución democrática polaca, la caída del Muro de Berlín, el derrumbe de la Unión Soviética, la implosión interna del comunismo ruso, el anuncio de la creación del Foro de Sao Paulo y la exposición del Consenso de Washington. Eran demasiadas cosas en un muy corto tiempo.

Treinta años más tarde, el tiempo ha terminado por darle la razón a aquellas voces que supieron ver en las señales de entonces la necesidad de encender las alarmas de la prudencia. La fusión china del poder financiero con el poder político, pero funcionando ambos como el agua con el aceite, la fusión rusa de los restos de poder financiero soviético con las nuevas estructuras políticas surgidas del derrumbe comunista,  pero funcionando ambos con el gangsterismo y el terror de Estado “putinistas”, la elevación del tirano tropical Fidel Castro, de simple sátrapa del poder soviético a líder indiscutible de una nueva dirección internacional comunista en la región latinoamericana: todo indicaba la evolución en marcha de una mutación de las fuerzas oscuras enfrentadas a la democracia y la libertad, del viejo y sólido comunismo a nuevas y sutiles formas de crueldad y maldad políticas por el mismo comunismo ejercidas.

De las nuevas y terribles maldades con las que el viejo comunismo amenaza la libertad de mundo, el Foro de Sao Paulo ya ha proporcionado una sólida muestra en la región de América Latina; luego de haber gobernado férreamente 18 de las 21 naciones que conforman la región, la amarga estela de sus resultados conmueve la conciencia democrática: hambre, miseria, pobreza extrema, violencia política, prostitución de las instituciones y envilecimiento de la moral ciudadana son sus productos más abundantes. Destruyeron a Venezuela, paralizaron el crecimiento de Brasil, deformaron a la Argentina, amenazan con hundir a Chile y a Colombia y provocaron el retroceso, la ruina y el estancamiento de todos los países de la región que han gobernado.

De todos estos temas trata el nuevo libro de nuestra Fundación Mosqueteros de la Libertad, escrito por Javier Nieves Brizuela y que lleva el mismo título de esta columna, pero no para hundirnos en el pesimismo, sino para mirar y descubrir que hay una esperanza en marcha: millones de ciudadanos latinoamericanos vienen regresando de la izquierda hacia las posiciones del centro y de la derecha, asqueados de la experiencia del Foro de Sao Paulo; y al mismo tiempo, millones de ciudadanos norteamericanos avanzan hacia la consolidación de las posiciones democráticas y libertarias que pongan un freno al liderazgo irresponsable del Partido Demócrata que usa, indebidamente, el poder de la nación líder del mundo libre para darle respiración artificial a los enemigos de la libertad, de la democracia y de los propios Estados Unidos.

Avanzamos hacia un desenlace de la mano de millones de ciudadanos americanos. Es un camino que ya fue abierto por líderes como Ronald Reagan, Margaret Thatcher y Su Santidad Juan Pablo II, cuando unieron su determinación democrática y libertaria y aplastaron al comunismo hacia el final de los años ’80. Ese camino debe ser retomado para vencer. Y ese es el camino que debemos fortalecer a través de un Contrato con la libertad de Toda América.

SANTIAGO RODRÍGUEZ CASTILLO

PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN “MOSQUETEROS DE LA LIBERTAD”

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