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Con gran jornada social Cáritas Valencia inició Campaña Compartir 2022 en el sur de la ciudad

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Fotos: Jacinto Oliveros

Una gran jornada de acción social a través del programa Samán,  dirigido a atender a niños menores de cinco años,  embarazadas o mujeres lactantes,  marcó el inicio de la Campaña Compartir,  que lleva adelante Cáritas Valencia,  dedicada este año al voluntariado, en la parroquia San Juan Bosco en el sur de la capital carabobeña.

La Campaña Compartir que se inicia con el Miércoles de Ceniza, asistió el arzobispo de Valencia,  monseñor Reinaldo Del Prette  Lissot, presidente de Cáritas Valencia, y el presbítero Carlos Torreiro, director de esta organización social de la Iglesia Católica, además de la presencia de medios de comunicación.

El  programa Samán es un sistema de alerta y monitoreo para detectar si algún niño o niña menor de cinco años, embarazadas o mujer lactante tiene algún déficit nutricional. Si en la jornada es detectado, Cáritas de la parroquia ayuda a través de alimentos terapéuticos, medicamentos y otros recursos.

 

La parroquia San Juan Bosco  tiene casi 50 voluntarios, porque atiende a seis zonas del sur de la ciudad, pero el voluntariado en las 80 parroquias de la Arquidiócesis de Valencia  es cerca de 900 personas,  un promedio de 15 por parroquia.

Monseñor Reinaldo Del Prette precisó que la Campaña Compartir se realiza en un tiempo muy especial  que tienen los católicos como es el tiempo de la cuaresma, comienza el Miércoles de Ceniza y culmina el Domingo de Ramos, día del inicio de la Semana Santa.

“La Campaña Compartir desde hace muchos años la ejecuta la Iglesia Católica venezolana, mediante  la Pastoral Social. La Iglesia nos encomienda realizar durante este tiempo de cuaresma la oración, el ayuno y la limosna.  Todos sabemos la importancia de la oración, pero al mismo tiempo tenemos el ayuno.  El ayuno es restringir en el alimento -según la tradición- es hacer una buena comida diaria nada más, pero eso no tiene sentido, porque qué vamos a hacer con el alimento que no vamos a consumir ¿lo vamos a guardar para el día siguiente? Lo debemos compartir”.

“Ése es el sentido del ayuno, compartir  lo que no necesitamos o de lo cual nos eximimos, es por eso comparte tú pan.  Ésa es la llamada que siempre hemos tenido en la Iglesia para este tiempo en esta campaña Comparte Tu Pan. Compartir con el hermano que está mucho más necesitado que  nosotros. Que no estamos hechos para acumular o tener. Estamos hechos para servir, para entregarnos, para dar, de acuerdo al Evangelio de Jesucristo”.

Recordó que el brazo ejecutor de la Pastoral Social de la Iglesia  Católica es precisamente Cáritas, una organización eclesial católica que está en todo el mundo.   «Si la quieren comparar con una ONG ésta es una súper ONG, porque ninguna puede tener toda esa capacidad organizada hasta la base como es la comunidad más pequeña en este caso parroquia que es comunidad de comunidades”.

Sostuvo que el voluntariado  es muy importante, porque Cáritas se defiende no con personal pagado, sino que  se sustenta en voluntarios.  “Estamos haciendo la Campaña Compartir del Voluntariado en esta parroquia de San Juan Bosco en el sur de Valencia y visibilizando el trabajo de ellos en uno de los programas como es  Samán, que tiene que ver con el seguimiento  a las madres  con sus niños de cero a cinco años en peso, talla y medida , y si necesita nutrición se le entrega, porque estamos conscientes de una gran verdad y es que de cero a cinco años queda prácticamente establecida la capacidad del ser humano, en ese lapso se forman y si no tiene la nutrición adecuada, van a tener carencia el resto de sus vidas”.

“Por eso el programa yo lo considero el principal  de Cáritas, porque es viendo el futuro del país y de nuestras comunidades”, recalcó.  

Carlos Torreiro, director de Cáritas de la Arquidiócesis de Valencia, informó que  quisieron hacer la jornada  en una parroquia tan viva como es de San Juan Bosco.

“La campaña se llama Voluntarios Agentes de Esperanza. Cada uno de los hermanos que están aquí en el servicio son agentes de esperanza”,  sostuvo con satisfacción.

Recordó que se trata de  la campaña Compartir número 42 que se realiza en Venezuela y tiene como cita bíblica fundamental: “Ve y haz tú lo mismo”. 

“La Campaña Compartir siempre es un instrumento para reflexionar sobre tópicos de interés. La Iglesia venezolana sobre todo en este tiempo ha visto que la pandemia ha descubierto debilidades en nuestra patria, entre ellas destacan jóvenes sin esperanza, ni oportunidades. El hambre, la desnutrición, la deserción escolar, el embarazo en niñas y adolescentes y una  mendicidad colectiva”.

Además,  aseveró que Cáritas Valencia  ha descubierto una realidad dolorosa en medio de un universo de 764 personas encuestadas en las poblaciones de Las Palmitas, Aguas Calientes (Mariara), San Joaquín, Ricardo Urriera, Los Caobos, Montalbán, El Rincón (Bejuma), Aguirre, Tarapío (Naguanagua), los alrededores de  La Vivienda Popular de Bárbula, Las Manzanas (Campo de Carabobo), Los Chorritos (Libertador), El Milagro (Güigüe) Belén, Trapichito, comunidades cercanas a Ciudad Alianza y El Consejo.  

“Hemos podido encontrar que un 51% de los encuestados  tuvieron que comer alimentos que usualmente no comen, 42%  tuvieron que vender algo en su casa para comprar comida, 56% están comiendo cada vez menos en cada comida, 44% pasaron un día sin comer,  41% toma agua sin hervir en su propia casa, 49% no ha comido carne ni pollo durante  la semana que los encuestaron y 37% ha migrado algún miembro de la familia”.

“Ante esa realidad Cáritas ha querido ser la caricia de la Madre Iglesia a los que sufren”, refirió al señalar que en el año 2021 han atendido a más de 1.715 niños y niñas menores de 5 años,   1.349 personas  con algún déficit nutricional, 429 mujeres embarazadas,  1.959 jornadas médicas realizadas,  167.552 dosis de medicamentos entregados,  y 2. 466 kits de alimentos entregados a familias vulnerables.

“Queremos concretar en nuestra realidad lo que el papa Francisco ha querido decir: ¨Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a sus propias comunidades”.

Con satisfacción sostuvo que es una Iglesia en la calle y no encerrada en su capilla, sirviendo acompañada  de  un voluntariado generoso de hombres y mujeres.

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