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Chile y Venezuela en las antípodas de la libertad de prensa en las Américas

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Chile y Venezuela desnudan las visiones antagónicas que tienen las libertades de prensa y expresión en el continente americano, según la nueva herramienta de medición que lanzó la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y que deja a Estados Unidos y Brasil en posiciones preocupantes.

La nueva herramienta que la SIP lanzó durante la 76 Asamblea General realizada la semana pasada está edificada en sinergia con la Universidad Católica Andres Bello de Caracas (UCAB). Se trata de un barómetro que mide cómo los aspectos legales, judiciales y la violencia contra periodistas repercute en materia de ciudadanía informada y el ejercicio periodístico, con un alto impacto a la democracia en 22 países de las Américas. Conclusiones del Índice.

El presidente de la SIP, Jorge Canahuati, presidente del grupo mediático OPSA de Honduras, dijo que «no hay sorpresas, pero sí la ratificación de que el clima general de libertad de prensa en un país no es ajeno a los avatares políticos y está íntimamente ligado a la influencia abusiva del Poder Ejecutivo y la falta de independencia de la Justicia».

Canahuati dijo que «nuestra visión no fue construir un ranquin de países, sino la posibilidad de que cada país pueda verse y analizarse a sí mismo y, sobre todo, que los poderes públicos puedan adoptar políticas para mejorar cada año sobre la base de los señalamientos que el Índice hace para cada nación en materia de desafíos, debilidades, fortalezas y oportunidades». En este micrositio de la SIP se pueden leer los informes país por país, los análisis DOFA y las estadísticas.

En la mayoría de las naciones con puntuaciones bajas, el poder Ejecutivo apareció como el más restrictivo, como en los casos de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Hacia el otro extremo, de las valoraciones positivas, la percepción se desplaza a favor de la acción en materia judicial, como en Chile, Argentina, Uruguay y Costa Rica.

La SIP, sin embargo, advierte que este primer índice puede tener un desfasaje con la realidad a octubre de 2020, ya que midió el período comprendido entre mayo de 2019 y abril de 2020. Los cambios en las políticas aplicadas por los poderes Ejecutivo en los últimos meses, ya sea por el control de la pandemia, los nuevos procesos electorales o los bruscos cambios en las políticas públicas pueden haber influenciado y cambiado el entorno sobre libertad de prensa en cualquier país. Una visión más concreta sobre la libertad de prensa en las Américas en el último semestre, la establecen los informes y resoluciones que la SIP aprobó el viernes pasado y que demuestran el grave deterioro de la libertad de prensa, en muchos casos debido al rol preponderante de los poderes Ejecutivo en su lucha por neutralizar los efectos del Covid-19.

La percepción de periodistas, directivos de medios y expertos consultados para este primer Índice Chapultepec arroja que el mayor cerco institucional contrario a la libre circulación de ideas y al derecho a la información proviene de países con políticas autodenominadas socialistas, como Venezuela, Cuba y Nicaragua. Sin embargo, genera preocupación la acción de líderes del Poder Ejecutivo en naciones como Estados Unidos y Brasil, que habrían podido quedar mejor ubicadas en el Índice, de no haber sido por cuestionamientos relativos a choques institucionales de representantes de los gobiernos centrales contra periodistas y medios, y a las protestas sociales en las que se registró un alto índice de detenciones arbitrarias de periodistas.

«De todos modos – dijo Canahuati –este primer Índice demuestra que el nivel de libertad de prensa debe elevarse en todos los países, si uno considera que hasta aquellas naciones con mayores libertades no alcanzan a tener plenas garantías para las libertades de prensa y expresión».

La metodología científica y académica utilizada por la UCAB incluye una encuesta de percepción entre editores, periodistas, académicos y expertos vinculados a las libertades de expresión y prensa. Los postulados incluidos en la Declaración de Chapultepec de 1994 y la Declaración de Salta de 2018, esta última sobre libertad de presión en la era digital, se utilizan como principios rectores de medición.

Basado en esas declaraciones, el Índice mide la influencia que ejercen los poderes públicos, entre otros aspectos, sobre censura directa e indirecta, falta de acceso a la información pública, discriminación contra medios por razones políticas, restricciones a la movilización de periodistas, acoso judicial, detenciones arbitrarias y violencia en general contra medios y periodistas. Clasifica esos aspectos de acuerdo a las siguientes dimensiones: Ciudadanía informada y libertad de expresión; Ejercicio del periodismo; Violencia e impunidad y Control de medios.

El presidente de la SIP resaltó el apoyo generoso de las empresas colombianas Grupo Sura y Fundación Bolívar, y a Edward y Karen Seaton de Estados Unidos para la elaboración del Índice.

Canahuati también subrayó que el Índice Chapultepec 2021 tendrá un ajuste respecto al tiempo de medición a partir del próximo año. La SIP es una entidad sin fines de lucro dedicada a la defensa y promoción de la libertad de prensa y de expresión en las Américas. Está compuesta por más de 1.300 publicaciones.

SIP

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